lunes, 2 de marzo de 2015

¿Tu bebé se estriñe? solución para no tener consecuencias mas adelante.


Durante una enfermedad o inmediatamente después, el niño puede padecer estreñimiento de forma temporal
El estreñimiento o la dificultad para defecar de un bebé empieza desde el último tramo del intestino grueso junto con el colon y desemboca en el ano, zona donde se almacenan las heces antes de ser evacuadas. Si estas heces son blandas, su depósito no provoca ningún dolor, pero si son duras y compactas ocurrirá todo lo contrario. Por este motivo, el niño suele evitar el dolor, bloqueando la evacuación.
Es problema se presenta por el almacenamiento de la  masa fecal  en el recto, este aumenta de tamaño y se endurece, haciendo que los esfuerzos para expulsarla sean cada vez mayores. Además, se pueden formar heridas sobre la piel, conocidas como fisuras, que hacen aún más dolorosa la evacuación
¿Por qué se endurecen las heces?
Las razones provienen de la alimentación del bebé, ya que la sustitución de la leche materna por la artificial, por lo general, da como resultado el cambio de color y endurecimiento de las heces. Este fenómeno se agudiza con el destete, al cambiar la alimentación del niño.
La lactosa, que se digiere en poca cantidad, llega al final de la digestión sin haber sufrido ningún tipo de alteraciones, haciendo que las heces sean más fluidas debido al agua que éstas retienen.
Durante una enfermedad o inmediatamente después, el niño puede padecer estreñimiento de forma temporal. Se trata de una reacción normal, ya que cuando una persona no se ​encuentra bien se siente predispuesta a comer menos y, por lo tanto, el organismo produce una menor cantidad de residuos para eliminar. Las heces suelen ser duras y secas, ya que para compensar la pérdida de líquidos, el organismo absorbe el agua del contenido intestinal. Asimismo, es posible que un episodio de diarrea siga a un período de estreñimiento.

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