jueves, 19 de marzo de 2015

Dieta para el corazón infartado.



Alimentación para Enfermos del Corazón

Seguramente piensas en la dieta para enfermos del corazón e imaginas comidas sosas, carentes de sal y de todo sabor.
Pero la realidad es bastante lejana de esta idea, popularmente aceptada: puedes comer con mucho sabor y variedad, evitando lo que no ayuda en tu recuperación y sin dejar de deleitarte en cada platillo.
Esta dieta para quien tiene una insuficiencia cardíacapuede adaptarse a personas que hayan sufrido o que tengan altos riesgos de sufrir infartos (infarto cardíaco o de miocardio), anginas de pecho y cualquier otra condición relacionada al aparato circulatorio y al motor de nuestro cuerpo. Se trata de combinar los ingredientes correctos y de ser creativos a la hora de diseñar las comidas, para un perfecto disfrute de la alimentación y de la vida.

Detalles importantes de una dieta para enfermos del corazón

Como en cualquier plan alimenticio, se debe cumplir con un aporte de calorías diario en relación a los requisitos de cada persona, según su estilo de vida y grado de actividad. Hacer ejercicio y llevar una existencia alejada del sedentarismo es crucial, pues la obesidad es una de las mayores causas de enfermedades cardiovasculares.
Debes reducir el consumo de alimentos con alto contenido de colesterol malo (LDL), de triglicéridos y de sodio (de allí la reducción en el consumo de sal). Para dar sabor a tus platillos puedes elegir sales de roca, marinas, o bien hierbas frescas secas que darán más gusto a cada bocado, sin aportar nutrientes evitables en esta condición. No dejes de consumir grasas, pero sólo elige las saludables, con alimentos frescos,
 hechos en casa, y no los comprados listos para consumir, ya que son refinados y procesados.
Analiza tu presión arterial luego de las comidas, para tener una mejor idea de lo que debes evitar. El control en la presión, a diario y tantas veces por día como sea necesario, es fundamental para cuidar de tu salud y prevenir nuevos episodios.

Nutrientes esenciales para personas con insuficiencias cardíacas

La dieta para enfermos del corazón debe ser baja en ácidos grasos saturados, no más del 7% al 10% de las calorías diarias. Estos están presentes en lácteos enteros, aves grasas (en su piel) y aceites vegetales (sólo prefiere el de coco prensado por expeller o el de oliva extra virgen). Para mejorar tu alimentación, también busca los métodos de cocción que quiten las grasas, como al vapor, parrilla o plancha.
También debes consumir ácidos grasos poliinsaturados (los Omega-3 presentes en pescados azules, sardinas, salmón, jurel, caballa y los Omega-6 presentes en semillas y cereales), en unas 3 a 5 porciones semanales, al menos. Los ácidos grasos monoinsaturados son otro buen aliado, presentes en el aceite de oliva y en frutos secos, mayormente.
Come al menos 5 raciones diarias de frutas y vegetales frescos para recibir sus aportes de vitaminas, minerales e hidratos de carbono beneficiales; estos deben representar el 55% de la ingesta diaria de calorías.
Las proteínas tampoco deben falta en la dieta para enfermos del corazón, pues ayudan a recuperar y formar músculos. Deben contabilizar cerca de un 15% de las calorías diarias, y podrás obtenerlas de carnes magras, pescados, huevos, legumbres y lácteos desnatados.
El sodio, esa “mala palabra” en las unidades coronarias, sí puede ser consumido, pero con extrema moderación. Mejor, trata de reemplazarlo por sales naturales, ajo, cebolla, hierbas, especias u otros para dar sabor a tus comidas. De hecho, se recomienda (como regla general) consumir sal común de mesa sólo hasta 3 gramos por día, el equivalente a media cucharilla de café, así que resérvalo para los platillos que definitivamente sepan mejor con sal, en lugar de eliminar todo el sabor de tu vida. Pero también recuerda que hay alimentos que tienen un gran aporte de sodio, y deberías evitarlos a fines de poder salar aquello que sí lo necesite.

La dieta y el estilo de vida

Prevenir y recuperarse de males cardiovasculares no es sólo cuestión de seguir una dieta para enfermos del corazón. También debes llevar una vida activa y saludable: restringir o evitar el consumo de alcohol, azúcares refinados y bebidas con alto contenido de cafeína (café, té negro, refrescos, sodas), no fumar, practicar ejercicios moderados a diario, sonreír, hacer actividades relajantes, y no sobre-exigir al cuerpo ni mucho menos al corazón.
Es fácil anticiparse a las comidas que puedes y no puedes comer. Nada de fritos con aceites vegetales u otros, nada de comer carnes con anchos sectores de grasas, nada de agregar sal a tus platillos. Contrariamente, procura entrenar a tu paladar comiendo alimentos de sabores nuevos, gracias a métodos de cocción que protejan la esencia de tus alimentos como el vapor (en artefactos eléctricos mejor), la parrilla y la plancha.
También cuentas con muchas hierbas y especias que te ayudarán a crear platillos sabrosos en tu dieta para enfermos del corazón, como salvia, eneldo, tomillo, romero, orégano, cebolla, ajo, pimienta, paprika, curry, canela, albahaca, mostaza y también las semillas de
 sésamo (ajonjolí), amapola, girasol, lino, alpiste y muchas más. La avena es otro buen amigo y puedes consumirla a diario, prefiriendo la tradicional integral antes que la instantánea (pues la primera atraviesa muchos menos procesos industriales antes de llegar a tu alacena).
Sólo bastará con darle un giro a tu cocina, y darte a la tarea de descubrir nuevos sabores, entrenando nuevamente a tus papilas gustativas para quitarles la cadena que las ata a la sal, las grasas y lo artificial. Ya lo ves, la dieta para enfermos del corazón puede ser sabrosa, saludable… ¡y muy tentadora!

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